El estrés es una respuesta normal a los cambios, las presiones y los desafíos que plantea la vida. Es una señal mente-y-cuerpo que te ayuda a prepararte para lo que se avecina.
¿Cómo actúa el estrés?
Si tu cerebro detecta una amenaza a tu seguridad, tu cuerpo reacciona con un estallido instantáneo de hormonas del estrés. Y, consecuentemente, tú te pones alerta. Se te abren los ojos de par en par. La respiración y el corazón se te aceleran. El corazón bombea más oxígeno a los músculos para que estos últimos tengan más fuerza y más velocidad.
La respuesta de estrés de tu cuerpo está ahí para protegerte. Te ayuda a reaccionar deprisa, a luchar con fuerza o a correr velozmente si lo necesitas. Por eso, la respuesta del estrés también se llama respuesta de lucha-huida.
El estrés cotidiano
La mayoría de las veces, las cosas que nos causan estrés no son peligrosas en sí mismas. A menudo, el estrés está causado por cosas cotidianas, como hacer un examen, que te pregunten en clase o tener demasiada carga de trabajo.
Estas cosas nos causan estrés emocional. Pero tu cuerpo responde al estrés emocional de la misma manera que responde a una amenaza a tu seguridad: fabricando las hormonas del estrés.
Por eso, en un momento de estrés emocional, puedes sentir que tienes mariposas en el estómago. Se te acelera el corazón y tu respiración es más superficial. Puedes notar que tiemblas o que sudas mucho más que de costumbre. Tal vez tengas ganas de andar de un lado a otro. Te puedes sentir inquieto, tenso, nervioso o ansioso.
En este tipo de situaciones, no necesitas huir ni correr deprisa. Pero la respuesta corporal al estrés te puede ayudar a focalizar, a centrar tu energía y afrontar la situación con valentía.
Cuando una persona percibe que es capaz de gestionar una situación, empieza a sentirse liberada del estrés. Y las hormonas del estrés le empiezan a bajar. Se desvanece la sensación de tener mariposas en el estómago. El ritmo cardíaco se vuelve más lento hasta llegar a ser completamente normal. Y todo su cuerpo empieza a recuperar el estado previo al estrés. Puedes ayudar a que ocurra este proceso aprendiendo y practicando técnicas para gestionar el estrés.
¿Y si mi estrés es excesivo para gestionarlo?
La mayoría de las veces, el estrés cotidiano proviene de retos que puedes abordar y gestionar bien. Pero si crees que te estresas demasiado, que el estrés te ocurre demasiado a menudo o sientes que es más del que puedes gestionar, habla con un adulto de confianza en busca de ayuda y apoyo.