Qué deben saber los maestros

    Es normal que los alumnos estén tristes, enfadados o de mal humor a veces. Pero, cuando un estado de ánimo triste o decaído prevalece durante varias semanas, meses o incluso más tiempo, y afecta a la capacidad del alumno para funcionar bien en la escuela o con sus amigos, se podría tratar de una depresión. 

    Las depresiones no son infrecuentes entre los estudiantes. Pero pueden pasar desapercibidas y no ser diagnosticadas. Muchos alumnos deprimidos no reciben los cuidados que necesitan. 

    La depresión puede mejorar con el apoyo y el tratamiento adecuados. Los profesionales de la salud mental tratan la depresión con psicoterapia, medicamentos o ambas cosas a la vez. Un buen tratamiento precoz permite reducir el riesgo de futuros episodios depresivos. 

    Los maestros pueden ayudar sabiendo cuáles son los signos de la depresión, guiando a sus alumnos para que reciban la ayuda que necesitan, dándoles apoyo y motivándolos. 

    Los maestros deben saber cuáles son los signos que pueden indicar que un alumno suyo está deprimido. Los alumnos con depresión pueden:

    • parecer tristes o irritables a menudo
    • parecer cansados, con falta de energía, desistiendo fácilmente de lo que tengan entre manos
    • esforzarse poco en las tareas escolares
    • tener problemas para concentrarse en clase
    • no entregar los trabajos a tiempo, sacar peores notas 
    • parecer no disfrutar de las cosas 
    • aislarse de sus amigos y/o de las actividades 
    • perder días de clase o llegar tarde a clase a menudo

    Algunos alumnos con depresión pueden: 

    • haber vivido traumas o acontecimientos vitales negativos
    • tener otros problemas mentales, como la ansiedad 
    • implicarse en conductas arriesgadas o auto-lesivas (conductas imprudentes o refugiarse en el alcohol, las drogas o las conductas auto-lesivas, como cortarse)
    • hablar sobre la muerte o el suicidio

    Los maestros deben saber cuáles son los comportamientos que pueden ser signos de alarma del suicidio, como los siguientes:

    • hablar sobre el suicidio o la muerte
    • aludir a que dejarán de existir
    • escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte
    • regalar sus posesiones más valiosas a los demás
    • perder el interés por la escuela, los compañeros de clase, el deporte y otras actividades
    • participar en comportamientos arriesgados

    Los maestros deben conocer los métodos de prevención del suicidio y seguir el protocolo de la escuela sobre cómo:

    • informar a los padres si un alumno parece tener ideas suicidas 
    • buscar ayuda para un alumno en riesgo de suicidio
    • supervisar a alumnos en riesgo de suicidio
    • trabajar con el equipo de crisis de la escuela para establecer un sistema de apoyo a aplicar en la escuela y en casa

    Los alumnos con depresión pueden necesitar:

    • tratamiento por profesionales de la salud mental
    • apoyo emocional del orientador escolar o del psicólogo escolar 
    • un plan 504 que contenga las adaptaciones necesarias
    • pausas breves a lo largo del día para no sentirse superados o agobiados
    • disponer de más tiempo o de más ayuda para hacer las tareas
    • tomar medicamentos 
    • recibir tratamiento de otros problemas de salud mental o recuperarse del trauma que hayan vivido. 

    Qué pueden hacer los maestros

    • Ofrecerles apoyo y motivarlos. Ayude a los alumnos con depresión a sentirse bienvenidos e incluidos. Hágales saber que usted está disponible para ayudarlos. Fomente sus puntos fuertes y trabaje sus intereses. Busque oportunidades para que rindan y tengan éxito en la clase. Hágales saber que valora sus esfuerzos, por pequeños que sean. 
    • Darles más tiempo para completar las tareas. Ofrézcales más ayuda.  Considere la posibilidad de hacer que estos alumnos trabajen con un compañero que los apoye a la hora de hacer trabajos de clase o de prepararse para los exámenes. 
    • Hacer de la actividad física una parte de la rutina ordinaria de las clases. Esto puede ayudar a aliviar los síntomas depresivos leves. Y también puede energizar a todos los demás alumnos. 
    • Hacer breves prácticas de conciencia plena (mindfulness) en la enseñanza de cada día. En momentos elegidos aleatoriamente o programados, invite a toda la clase a hacer una pausa y unas cuantas respiraciones lentas y profundas. Esto ayuda a los alumnos a aprender y practicar esta técnica, sencilla y eficaz, para tranquilizarse. 
    • Usar enfoques educativos centrados en el trauma. Cree y mantenga un ambiente donde cada alumno pueda tener una sensación de seguridad y de inclusión. Esto ayuda a todos los alumnos a dar lo mejor de sí mismos. 
Note: All information is for educational purposes only. For specific medical advice, diagnoses, and treatment, consult your doctor.
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